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Mucho se habla de la Incorporación de las TIC a los Procesos Educativos, que las  “nuevas tecnologías” deben ser empleadas en la práctica docente de todos los niveles educativos. Sin embargo, poco se dice de cómo se incorporaran, es más que claro que se pretende cumplir con esta tarea simplemente proporcionando aparatos tecnológicos sin ton ni son, pero esa no es la mejor solución que pudieron encontrar.

Y es que, a mi humilde opinión, el problema es que desconocemos que es lo que se debe hacer con las tecnologías y para que fines nos puede servir.

¿Qué hace falta al Curriculum de Procesos educativos?

No solo al curriculum de la Licenciatura en Procesos Educativos, sino a todos los niveles escolares.

La primera propuesta es replantearnos que entendemos por las Tecnologías de la Información y Comunicación y su uso. Es importante antes de actuar reflexionar sobre lo que estábamos haciendo, aquellas acciones cotidianas pero que son analizables y por lo tanto datos verídicos. Es decir, hace falta fijarnos una definición personal y el juicio de valor antes de empezar a utilizar las TIC, un espacio de reflexión y dialogo.

El segundo punto es que se considera  que las TIC deben de ingresar al ámbito educativo, cuando de manera no intencional ya están en ese ámbito, quizá uno de los problemas por los que los maestros se reúsan al empleo de las TIC es porque actualmente sueña más como una imposición que como un consejo o necesidad. Este mal también lo padecen los alumnos cuando se les obliga a pasar una hora aproximadamente frente a un ordenador haciendo “nada” importante.

Esta es una de las deficiencias más visibles en  el proceso de implementación que se pretende obligar y sobre todo aislar a las TIC, cuando en realidad su inserción al ámbito educativo debe ser fácil, puesto que son parte de nuestra vida, convivimos todos los días y las conocemos. Por ello la enseñanza de su uso debe ser interdisciplinaria y continua, no se deben ver aisladas, al contrario, se trata de un ámbito de dialogo, virtual y presencial, en el que se comparten, ideas, conocimientos, proyectos, etc. aunque si bien es cierto que son necesarias asignatura o licenciaturas, surgen sea el caso, especializadas en la enseñanza del uso óptimo de las tecnologías de la información y comunicación.

La formación integral es un todo y no la suma de sus partes.